SORTEOS
Antes de comenzar el juego, había que proceder al sorteo.
Algunos sistemas de sorteo para juegos
por M. Carmen Aparicio Muñecas, Asun Hernando Lamata e Isidra Hernando Lamata (1995)
Para sortear quién salía el primero o comenzaba un juego se empleaban varios métodos.
Uno de ellos consistía en ponerse en corro todos los jugadores y comenzar a cantar:
En un café
se rifa un gato;
¿a quién le toca
el número cuatro?:
uno, dos,
tres y cuatro.
Mientras se iba cantando se apuntaba con el dedo hacia el pecho de cada uno de los jugadores y, en el momento que se llegaba al final de la canción, es decir, al último cuatro, la chica o chico con el que coincidía se libraba o era el o la que comenzaba, según se hubiera decidido de antemano.
El mismo sistema se empleaba con otras canciones, como, por ejemplo:
Pito, pito, colorito,
saca las vacas
al veinticinco;
¿en qué calleja?
en la Moraleja;
¿en qué lugar?
en Portugal.
Saca las cinco,
que las cinco están.
o esta otra versión:
Pito, pito, colorito,
¿dónde vas tú tan bonito?
A la era verdadera,
pin, pan, fuera.
Igualmente, cuando la chica o chico que sorteaba apuntaba con el dedo a un compañero ése o se salvaba de un castigo o comenzaba a jugar.
Otro modo para proceder a asignar el número o turno de intervención en el juego, era, por ejemplo, que en cuanto una chica o un chico sugería jugar a tal o cuál cosa, se comenzaba a decir: prime (por primero/a); segun (por segundo/a); terce (por tercero/a), etc.
El método que se llamaba "a medir", consistía en colocarse dos chicos o chicas a una distancia determinada. Desde allí, cada uno iba colocando un pie delante de otro y, al mismo tiempo, debía decir: "¡echo!", mientras adelantaba el pie. A continuación el otro hacía y decía lo mismo. Cuando los pies de ambos se juntaban, el último que conseguía ponerlo antes de que se acabase el espacio, ése era el que salía el primero.
A veces, la distancia se acababa sin que ninguno de los dos pudiera colocar el pie en el espacio sobrante. En esos casos salía el que, según el turno riguroso establecido para colocar el pie, conseguía colocar un pie atravesado.
Este modo de sorteo se empleaba para muchos juegos, pero, predominantemente para aquellos en los que se jugaba en grupos, corriendo el sorteo a cargo de los que actuaban de capitanes de cada equipo.
Otros métodos de sorteo para juegos
por Amparo Hernando Lamata y Gloria Pastor Monge (2001)
Sólo los chicos usaban las cuartilleras (monedas antiguas) para echar a suerte quién empezaba primero un juego. Las chicas contábamos con otros sistemas, que eran muchos y variados.
A veces se cantaba alguna canción de las apropiadas para estos menesteres mientras una de las jugadoras iba señalando con la mano al resto y, cuando se acababa de cantar, la chica señalada o bien comenzaba o bien tenía que “ponerse”.
Cuando era un juego entre dos niñas, se recurría con frecuencia a las pajas. Se trataba de coger una paja de cereal o de hierba y cortar dos trozos de diferente medida. Una de las niñas los “apuñaba” en una mano dejando sobresalir un poco ambos; la otra debía sacar una de las pajas y conformarse con su veredicto.
jugando a pasimisí
Otro método extendido era el denominado “a echar” (echar un pie por delante del otro). Se utilizaba, por ejemplo, para jugar al coto, para formar diferentes equipos, etc. Consistía en colocarse dos chicas a una determinada distancia y una frente a otra. Cada una de ellas, de forma alternativa, iba colocando un pie delante del otro de forma que el talón del segundo paso quedara pegado a la puntera del primero y diciendo “echo” cada vez que se movía.
Cuando los pies de ambas lograban juntarse, ganaba aquella que conseguía encajar su pie la última y “montar” sobre el pie de la otra. En este caso se decía: “echo y monto”, y la jugadora tenía derecho a comenzar el juego o a elegir a una chica para incorporarla a su equipo. Si la distancia del último paso no era suficiente para que se pudiera colocar el pie en vertical, también servía encajarlo atravesado, arrastrando éste por el suelo para que se pudiera comprobar que el pie pasaba entre los dos pies del paso anterior. En este caso se decía: “monto y cabe”, pues, si la distancia que quedaba era tan pequeña que no se podía recurrir a ninguna de las normas indicadas, debían retirarse las dos chicas y comenzar de nuevo a “echar”.
Cuando los juegos eran de equipo solían actuar de capitanas las dos primeras chicas que lo habían sugerido. En este caso se alejaban del grupo y cada una de ella pensaba una pregunta y se la comunicaba a su contrincante. Después volvían donde se había quedado el resto y comenzaban a apartar una por una a las chicas e interrogarlas, por ejemplo: ¿qué te gusta más, el chorizo o el jamón? (las que contestaban chorizo formaban un equipo y otro las que respondían jamón); o bien ¿a quién quieres más, a tu padre o a tu madre?.
Había muchas formas de sorteo, pero no conseguimos recordar ninguna más.
CHINA, CHINA, CAPUCHINA
por Catalina Aparicio Pastor (2016)
China, china, capuchina.
¿En qué mano está la china?
Esta retahíla se utilizaba como sistema de sorteo para
determinar quién la paraba en algunos juegos.
Una niña cogía una china o piedrecita y, poniendo las manos detrás, la ocultaba
en una de las dos manos. A continuación, mostraba los dos puños cerrados y
comenzaba la cantinela, mientras otra niña daba toques en una y otra mano
alternativamente. Al acabar la canción, abría la última mano golpeada. Si era en
la que estaba la china, la niña perdía y, si no, quedaba salvada. Se repetía la
operación hasta que sólo quedaba una niña que no se hubiera salvado, que era la
que “la paraba”.