| Guía para organizar lecturas públicas de "El Quijote" (Lectura en Patraix, Valencia) por Javier Mozas Hernando (2005)
El autor leyendo El Quijote
Incluimos este escrito como guía para organizar lecturas públicas de “El Quijote”. Su autor, Javier Mozas Hernando, de padres sorianos, además de ser miembro de la Comisión Organizadora de esta lectura, está llevando a cabo el mejor estudio genealógico de nuestra provincia, que podéis consultar en la página web y es moderador del foro GenSoria http://es.groups.yahoo.com/group/gensoria
Dentro de las actividades culturales de la Asociación de Vecinos, Cultural y de Consumidores PATRAIX (AVVC y CC Patraix), el año 2005 se decidió dedicarlo a la obra más famosa de Cervantes, el Quijote, al cumplirse el IV Centenario de su publicación, a pesar de que por toda España se iban a hacer más o menos las mismas actividades, ya que en Valencia se imprimió una de las primeras ediciones del año 1605. Para llevar a cabo todas las actividades propuestas, se formó dentro de la Asociación una Comisión del IV Centenario, formada por socios, y colaboradores, y en concreto para este proyecto, se contó con el asesoramiento de la Asociación Cultural Falla Na Jordana, que lleva ya unas cuantas ediciones del Tirant de Lletra, que gira sobre una de las obras cumbre de la literatura valenciana. La primera actividad dentro del proyecto de este año, fue la que se desarrolló de manera ininterrumpida los días 22 y 23 de abril de 2005, la LECTURA DEL QUIJOTE, y en concreto, de la primera parte, que es de la que se conmemoraba el aniversario. Para ello, se empezó a trabajar ya desde enero, con el objetivo de darle la mayor difusión posible y de conseguir el mayor número de lectores. En primer lugar, se tenía que decidir qué edición del Quijote se escogía para hacer la lectura. Aunque lo correcto hubiera sido utilizar la edición que se hizo en Valencia en 1605, conservada en la Biblioteca Valenciana, al final se optó por utilizar la versión digital editada por la empresa “Don Quijote 2005” en su web. Se decidió modificar esta edición para que todas las páginas pudieran acabar en punto, y así hacer una lectura más cómoda tanto para el que lee como para el que escucha. Se hicieron 3 copias de la obra, una para repartir entre los lectores, otra para el que seguía la lectura, y otra de repuesto. Una vez impresa, se hizo una prueba de lectura de una hoja a varios miembros de la Comisión para sacar una media de lectura, y poder tener una orientación de qué hoja se iba a leer en cada momento. En nuestro caso, salió a 4 minutos la media. El siguiente paso fue la captación de lectores para cubrir todas las hojas y horas necesarias para la lectura. Se hizo una Ficha de Lector dividida en dos apartados, una primera con los datos personales, y una segunda con los datos sobre la lectura (fluidez lectora y preferencia en horario), para poder cuadrar el tiempo global de la lectura. Esta ficha, junto a un díptico, se utilizó para enviar, junto a una nota de prensa, a todos los medios de comunicación, nacionales y locales. Casi la mitad de las hojas quedaron reservadas gracias a la difusión de la ficha que se hizo a varios niveles: instituciones y asociaciones, estudiantes de colegios e institutos del barrio, comercios y tiendas del barrio, y sobretodo a las personas que viven en el barrio. Con las fichas recibidas y las preferencias de lectura en cuanto al turno de lectura, se fue llamando uno a uno para confirmar asistencia y hora, anotándolo en una Hoja de Turnos. Se aconsejó venir unos minutos antes para confirmar su presencia y así crear ambiente. Una semana antes, la Comisión tuvo una reunión para hacer un ensayo de lectura para estudiar los casos que se podrían dar a partir del momento en que empezara la lectura. Un controlador a la puerta comprobaría en la hoja de control la reserva de un turno de lectura del que llegara, o bien, si no se había anotado, se le buscaría un hueco. Una vez comprobado, se le dio a cada lector una o dos hojas para leer, en relación a la cantidad de lectores que hubiera en ese momento, y se le asignó un número de orden, y se le daba la oportunidad de decir con qué nombre o forma quería ser presentado cada lector. A continuación, el controlador rellenaba una Nota con el número de orden y el nombre con que quería ser presentado que entregaba a un acomodador que acompañaba a su vez al lector hasta la Sala de Lectura, y entregaba la nota al Presentador, que estaba siguiendo la lectura sentado, con una copia del Quijote, controlaba el orden de lectura con las notas, y cada vez que un lector acababa de leer su texto, presentaba al siguiente lector. En caso de no haber lectores anotados, siempre había suplentes entre los miembros de la Comisión para que la lectura no parase en ningún momento. Al finalizar la lectura de cada lector, se le hacía entrega de un detalle como recuerdo, y se le ofrecía la oportunidad de firmar en el Libro de Honor del acto. La Lectura empezó el viernes 22 de abril de 2005 a las 19 horas, con una sesión inicial de unas 2 horas cubiertas por representantes de instituciones, organismos, medios de comunicación y asociaciones, tales como Don Santiago Grisolía, presidente del Consell Valencià de Cultura, el actual Barón de Patraix, descendiente de los antiguos señores del lugar, y diversos diputados y concejales municipales de diversos partidos políticos. A continuación siguieron el resto de lectores, hasta completar la primera parte del Quijote, a las 16.10 del sábado 23 de abril de manera ininterrumpida. Ante el éxito de la lectura, se decidió, volver a retomar la lectura en la quinta última parte (un 20% para el final), hasta acabarlo de nuevo a las 20 horas del sábado, con la participación al final de representantes de la fiesta de las Fallas y Na Jordana, y el secretario general del PSPV-PSOE. En total fueron unas 25 horas de lectura ininterrumpida, 389 páginas, y 237 lectores, de los cuales, 135 se habían inscrito con ficha, y el resto, vinieron a leer sobre la marcha. Del total, un alto porcentaje (63%) leyeron una hoja, teniendo que repetir alguno por falta de gente o por locura por la obra. Los miembros de la Comisión sólo tuvieron que cubrir un 15% de las hojas por falta de público, justo a las horas más críticas de la madrugada del viernes al sábado. Como curiosidad, vinieron a leer personas muy diversas, como un enamorado del Quijote que tenía en su biblioteca particular una gran cantidad de ediciones diferentes del Quijote, los comerciantes que se acercaron después de cerrar el viernes, o antes de abrir el sábado; o profesores y alumnos de los colegios e institutos. O el caso más curioso y de agradecer, de una persona miembro de la Federación de personas sordas de la Comunidad Valenciana, que leyó el texto con el lenguaje de las personas sordas, a la vez que una intérprete leía el texto correspondiente con el micrófono. A la par, se realizaron diversas actividades paralelas a la lectura, como cuentacuentos, inchables, café, gazpacho para comer, dibujos para colorear, y la entrega de un ejemplar del Quijote a los lectores de la madrugada del sábado.
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